La Gig Economy o Economía de los Trabajos Flexibles ha emergido como una de las características definitorias del siglo XXI, transformando la manera en que las personas trabajan, se relacionan con el mercado laboral y generan ingresos.
Este fenómeno, impulsado por la tecnología y la digitalización, ha ganado fuerza en diversos países, y Perú no ha sido una excepción.
En este artículo, exploramos el impacto de la Gig Economy en el país, sus oportunidades, desafíos y las perspectivas futuras.
¿Qué es la Gig Economy?
La Gig Economy se refiere a un modelo laboral donde las personas realizan trabajos temporales o por encargo, a menudo a través de plataformas digitales. Este tipo de empleo incluye una variedad de actividades, desde el transporte, la entrega de comida, hasta trabajos freelance en áreas como el diseño gráfico, la programación, la escritura o la consultoría.
En lugar de contar con un empleo tradicional de jornada fija, los trabajadores en la Gig Economy operan como contratistas independientes, eligiendo sus horarios y, en muchos casos, eligiendo los proyectos o «gigs» que desean realizar. Esto les permite una flexibilidad que, en teoría, debería beneficiar tanto a empleados como a empleadores, aunque la realidad es más compleja.
La Gig Economy en Perú: un panorama en expansión
Perú es un país con una población joven, dinámica y cada vez más conectada a internet. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 70% de los peruanos tienen acceso a internet, lo que facilita la inserción en plataformas digitales de trabajo. Este contexto ha permitido que la Gig Economy se expanda rápidamente en diversas áreas.
- Transporte y entrega a domicilio: Empresas de transporte y entrega, han experimentado un crecimiento considerable en Perú. La demanda de transporte privado, especialmente en Lima, la capital, ha aumentado debido a la congestión del tránsito y a la búsqueda de opciones más rápidas y económicas. De manera similar, aplicaciones de delivery se han consolidado como opciones populares para el transporte de alimentos y productos.
- Freelancing y trabajos online: Plataformas como Fiverr y Workana han permitido que profesionales peruanos accedan a un mercado global de trabajo. Los sectores más demandados incluyen la programación, el diseño gráfico, la redacción, la traducción y la consultoría empresarial.
- Agricultura y artesanía: Aunque menos mencionados, algunos trabajadores independientes en Perú también han comenzado a utilizar plataformas digitales para vender productos locales como artesanías, textiles, y productos agrícolas. Esto ha permitido a pequeños emprendedores acceder a mercados internacionales que, de otra forma, les habrían sido inaccesibles.
Oportunidades de la Gig Economy en Perú
Acceso a nuevas oportunidades laborales
La Gig Economy permite que personas sin acceso a empleos formales encuentren fuentes de ingreso flexibles. Esto es especialmente valioso en un país con una tasa de informalidad laboral del 70%, según datos del Ministerio de Trabajo. Las plataformas digitales representan una oportunidad para que los trabajadores generen ingresos sin necesidad de un contrato formal, y sin las barreras tradicionales del empleo.
Flexibilidad y autonomía
Para muchos peruanos, la capacidad de decidir sus horarios y el lugar en el que trabajan es un atractivo principal de la Gig Economy. Los trabajadores pueden compatibilizar sus actividades laborales con otros proyectos personales, educación o cuidado familiar.
Impulso al emprendimiento
La Gig Economy fomenta una mentalidad emprendedora, ya que muchos trabajadores en plataformas digitales deben administrar su tiempo, su capacidad de producción y su estrategia de marketing personal para destacar y conseguir proyectos. Esta dinámica crea un ecosistema de autónomos que contribuye a la diversificación económica del país.
Acceso a mercados internacionales
Con una conexión a internet y el dominio de idiomas extranjeros, los peruanos tienen la posibilidad de ofrecer sus servicios a nivel global. Esto es particularmente relevante en el contexto de la pandemia de COVID-19, cuando muchos peruanos empezaron a buscar alternativas de empleo remoto debido a las restricciones de movilidad.
Desafíos y riesgos en la Gig Economy en Perú
Aunque la Gig Economy presenta oportunidades, también plantea una serie de desafíos y riesgos que deben ser abordados tanto por los trabajadores como por las autoridades del país:
Falta de protección social
Uno de los principales problemas es la ausencia de beneficios laborales para los trabajadores de la Gig Economy. Al operar como autónomos, los trabajadores no tienen acceso a seguro de salud, pensiones o beneficios laborales típicos como vacaciones pagadas o indemnizaciones por despido. En un país como Perú, con un sistema de seguridad social deficiente, esto representa un desafío para la estabilidad a largo plazo de los trabajadores.
Inestabilidad de los ingresos
Los trabajadores de la Gig Economy a menudo enfrentan una ingresos fluctuantes que dependen de la demanda y la oferta. Esto puede generar incertidumbre económica, especialmente en momentos de baja demanda o cuando la competencia aumenta en ciertas plataformas. Esta volatilidad también dificulta la planificación financiera personal y familiar.
Desigualdad y brecha digital
Aunque la tecnología ha abierto nuevas oportunidades, también ha ampliado la brecha digital entre aquellos que tienen acceso a internet de alta calidad y equipos adecuados, y aquellos que no. En áreas rurales de Perú, donde el acceso a la tecnología es limitado, los trabajadores tienen menos posibilidades de participar en la Gig Economy, lo que agrava la desigualdad.
Falta de regulación
La Gig Economy en Perú aún carece de una regulación clara que garantice los derechos de los trabajadores y el cumplimiento de normativas laborales. Si bien algunas plataformas han comenzado a implementar políticas para mejorar las condiciones laborales, la falta de una legislación específica crea un vacío que deja a los trabajadores vulnerables a abusos.
Los desafíos que la Gig Economy supone para las áreas de RR.HH.
Los nuevos modelos económicos, como la gig economy, presentan un desafío significativo para los departamentos de Recursos Humanos, ya que alteran las dinámicas tradicionales de empleo y contratación. En la gig economy, los trabajadores prefieren empleos flexibles y autónomos, lo que dificulta la atracción de talento mediante métodos convencionales, como contratos a largo plazo o jornadas fijas.
Esta tendencia obliga a los departamentos de RR.HH. a adaptarse a nuevas formas de contratación, más dinámicas y personalizadas, como los contratos temporales, freelancers o acuerdos por proyectos, lo que complica la creación de una fuerza laboral estable y comprometida.
Además, la gestión de estos nuevos modelos laborales requiere un enfoque innovador en la cultura organizacional, la retención del talento y la fidelización, mientras se mantienen la competitividad y el cumplimiento normativo en un entorno cada vez más complejo.
El futuro de la Gig Economy en Perú
A medida que el país avanza hacia una mayor digitalización, la Gig Economy continuará desempeñando un papel relevante en la configuración del mercado laboral peruano. Sin embargo, el diálogo entre trabajadores, empleadores, plataformas y el gobierno será clave para desarrollar políticas públicas que ofrezcan una mayor protección laboral, regulen las plataformas digitales y promuevan el acceso equitativo a la tecnología.
En conclusión, aunque la Gig Economy ofrece muchas oportunidades, también presenta retos que deben ser abordados para garantizar que los beneficios se distribuyan de manera equitativa y sostenible.
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