Los buenos hábitos determinan en gran medida la calidad de los resultados que alcanzaremos a largo plazo. Incluir hábitos positivos a la rutina diaria puede llegar a ser un proceso complicado pero al lograrlo los beneficios se vuelven duraderos.
A continuación te presentamos algunos de los hábitos de la gente muy productiva que puedes implementar en tu trabajo.
Flexibiliza la jornada
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las jornadas continuas de trabajo acumulan estrés y fatiga y conforme avanza el día podrás ver como la concentración disminuye al igual que la productividad y el rendimiento en general.
Uno de los temas que se ha discutido actualmente es el descanso óptimo para mejorar la productividad en el trabajo. Distintos expertos han comenzado a apostar por implementar descansos cortos pero frecuentes para evitar la acumulación de fatiga.
Una de las técnicas basadas en este principio es el método pomodoro, el cual propone intervalos de trabajo de 25 minutos, seguidos de 5 de descanso. Conforme se van cumpliendo los intervalos, también llamados «pomodoros», se puede acceder a descansos más largos, incentivando al colaborador.
Facilita las tareas
En algunos casos nos enfrentamos a tareas que parecen difíciles de completar y es probable que se deba a que no sabemos por donde comenzar. Un hábito común entre las personas altamente productivas es la capacidad de enfrentar las tareas como una serie de pasos a seguir en un instructivo.
Veámoslo de la siguiente manera, cuando adquirimos un mueble para armar este puede parecer una tarea imposible hasta que hayamos el instructivo. Seguimos una serie de pasos sencillos y cuando terminamos nos damos cuenta que hemos creado algo completamente nuevo.
Si aplicamos este enfoque al trabajo diario veremos cómo mejora nuestra capacidad de resolución de problemas al igual que nuestra actitud frente a las tareas diarias. Porque en el fondo todo proyecto es un mueble cuyo instructivo debemos encontrar.
Evita las distracciones
A veces cuando nos distraemos, lo hacemos porque nos encontramos en un entorno lleno de estímulos que roban nuestra atención. Sin embargo, también debemos reconocer cuando esta falta de concentración es producto de nosotros mismos.
Las distracciones que provienen del entorno son llamadas externas, como el ruido del tráfico o el sonido de los teléfonos en la oficina. Mientras que las internas son aquellas que provienen de uno mismo, como el hábito de revisar las notificaciones del móvil o la computadora.
Por lo tanto, el primer es identificar estos factores y hacer una valoración personal. En la mayoría de las ocasiones nos daremos cuenta que son las distracciones internas las que tienen mayor peso y tendremos que cambiar de hábitos.
Para ayudar a este proceso resultará de mucha ayuda marcar periodos de desconexión durante el trabajo, periodos donde se limita el acceso a internet y se enfoca a continuar con las actividades diarias. En caso de no poder desconectarse puedes echar mano de alguna aplicación enfocada a ello.
Procura un estilo de vida saludable
De la misma manera en la que el talento se desarrolla solo en los entornos adecuados, una buena capacidad mental lo hace únicamente bajo las condiciones ideales. Integrar estos hábitos te permitirá impulsar lo mejor de ti.
Dieta. La alimentación es un factor clave en el desarrollo de las capacidades mentales como la concentración y el estado de alerta.
El objetivo de implementar una dieta balanceada es proveer al cuerpo de las herramientas necesarias para llevar a cabo sus funciones de forma adecuada.
Ejercicio. La actividad física no solo ayuda a metabolizar los nutrientes de los alimentos que consumimos, además mantiene en buen estado el funcionamiento del cerebro.
La actividad física puede ir desde practicar un deporte hasta una simple paseo con el perro. El punto es encontrar una válvula que permita liberar la tensión y el estrés que el trabajo puede provocar.
Sueño. De la misma forma, el dormir bien es fundamental para mantener una buena condición física y mental. Permite que el cuerpo se recupere del desgaste diario y la mente recobre el estado de alerta.
Cuando el descanso es efectivo se refleja en el nivel de creatividad y el desempeño en las actividades diarias del trabajo. Descansar bien es un hábito fundamental para que todo lo demás funcione.
Disposición de aprender
Otro de los hábitos de la gente muy productiva consiste en adoptar una mentalidad de crecimiento constante donde se está dispuesto a aprender, ya sea que consigas los resultados deseados o no. El punto es ser capaz de encontrar la manera seguir adelante.
Cuando adoptamos esta mentalidad nos daremos cuenta que no existen fracasos, cada uno de los resultados que logremos se verán como una oportunidad de aprender. Este cambio en el enfoque además ayuda a disminuir el nivel de estrés y permite tomar mejores decisiones con el tiempo.
Cuida la calidad de las decisiones que tomas
Tomar decisiones puede volverse un proceso agotador especialmente si nos damos cuenta que todo el día hemos tenido que elegir entre varias opciones. Cuantas más decisiones se tome en un día la calidad de las mismas ira disminuyendo eventualmente.
La mejor manera de lidiar con este problema es descartando las decisiones triviales. Temas como la alimentación o la vestimenta las podemos planear con anticipación y eso ahorra mucho tiempo y esfuerzo.
Implementa la tecnología
Como ya lo hemos mencionado a lo largo de este blog los hábitos de la gente muy productiva se basan en la observación y la anticipación de aquellos factores que dificultan las tareas cotidianas. Actualmente contamos con herramientas enfocadas a la productividad que automatizan estos procesos.
Si tu objetivo es integrar estos buenos hábitos a todos los ámbitos de tu vida y mejorar tu labor a cargo de la gestión de personal, te recomendamos echar un vistazo a las herramientas que ofrece el software de Pandapé, el cual te permitirá automatizar y optimizar procesos del área.
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