México posee uno de los más altos porcentajes de estrés laboral en el mundo, pues aproximadamente del 75% de la fuerza laboral lo padece. Como era de esperarse, la pandemia y el teletrabajo lo agravaron aún más, al punto de afianzarse un nuevo padecimiento: el tecnoestrés.
¿Qué es tecnoestrés?
Tecnoestrés es un término para referirse al estrés derivado de la introducción, uso excesivo o mala adaptación de nuevas tecnologías en el trabajo, cuyo padecimiento conlleva efectos psicosociales negativos.
En 1984, el psiquiatra Craig Brod lo definió como “una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías de manera saludable”.
Para algunos especialistas el tecnoestrés es considerado como una enfermedad, otros lo manejan como una situación de adaptación cuando hace falta una habilidad para manejar las nuevas tecnologías
De acuerdo con Álvaro Antonio Ascary Aguillón, Director de la facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el tecnoestrés se mide en cuatro dimensiones que impactan al individuo en las tareas que desempeña, en sus relaciones sociales, y sobre todo en casa, deteriorando la relación con su familia.
Estas dimensiones son:
- Fatiga
- Ansiedad
- Escepticismo
- Ineficacia
Ascary Aguillón, señala que existe una relación entre quienes presentan fatiga informática, con síntomas de cansancio emocional o un Síndrome de Burnout. En tanto que la ansiedad se genera por el temor a lo desconocido y por no estar respondiendo en tiempo y forma.
¿Por qué se ha resurgido el concepto de tecnoestrés?
Con el teletrabajo, el tecnoestrés ha ido en aumento por la invasión de tecnología en la vida diaria (teléfonos móviles, correos u otros dispositivos).
Su origen, al igual que otras situaciones de estrés, es la percepción de un desajuste entre demandas y recursos disponibles, que conlleva el desarrollo de actitudes negativas o perjudiciales hacia las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
¿Cómo identificar síntomas del tecnoestrés?
Algunos de los síntomas del tecnoestrés son compartidos con otros trastornos: desde afectaciones en el ciclo de sueño y consumo excesivo de alimentos, hasta caída de cabello y manifestaciones en la piel.
También se asocian a este padecimiento, los sentimientos de preocupación, angustia, temor, inseguridad; así como ansiedad, fatiga física y emocional, dolores de cabeza, dolores musculares, aburrimiento, aislamiento, inseguridad, entre otros.
Es decir, que este padecimiento afecta tanto a nivel mental, como físico y emocional.
¿Qué pueden hacer las empresas para evitar el tecnoestrés?
Las empresas deben tener presente que el empleado es un ser biopsicosocial, que requiere atender los otros aspectos de su entorno y que el hecho de que esté trabajando desde casa, no convierte su jornada laboral en 24/7.
La jornada no debe ser más extensa a petición del empleador, pero tampoco más cargada al punto de que el colaborador tenga que recurrir por decisión propia a laborar más horas o en fines de semana, porque esto contribuye a volver tóxica la cultura y la relación laboral, y por supuesto, al desgaste físico y mental.
Desconexión laboral
Con la adición al artículo 68 de la LFT sobre desconexión digital, la autoridad laboral formalizó las pautas que deben llevar a cabo las empresas para asegurar el derecho de los trabajadores a desconectarse del trabajo y abstenerse de participar en comunicaciones electrónicas relacionadas con él, durante horas no laborales.
Así que con el objetivo de respetar el tiempo de descanso y procurar la conciliación de la vida laboral y familiar, esta ley prevé acciones por parte de las empresas, como:
– Elaborar una política interna en coordinación con representantes de la plantilla y directivos, en la que defina las modalidades para ejercer el derecho a la desconexión.
– Establecer las acciones de formación y de sensibilización sobre un uso razonable de las herramientas tecnológicas, a fin de evitar el riesgo de fatiga u otros problemas de salud.
– Desarrollar mecanismos para prevenir y sancionar los actos hostiles que puedan suscitarse cuando la o el trabajador ejerza su derecho a la desconexión digital.
Adicionalmente…
De forma preventiva, pueden procurar —en medida de lo posible— evitar el trabajo rutinario, fomentar la realización de actividades físicas, organizar convivencias para evitar el aislamiento o incluso brindar contención emocional.
En caso de detectar alguien que ya padezca tecnoestrés en la empresa, podría tratarse de forma individual recurriendo, incluso, a algún tipo de apoyo psicológico.
El objetivo, es que juntos: empresas y colaboradores, logren la menor afectación mental y el menor impacto a las relaciones laborales, cuidando de sí mismos y de cada integrante del equipo que conforma la organización.
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